Add parallel Print Page Options

Un día, a eso de las tres de la tarde, Cornelio tuvo una visión, en la que claramente veía que un ángel de Dios llegaba a donde él estaba y lo llamaba por su nombre. Cornelio sintió miedo, pero miró fijamente al ángel y le respondió: «¿Qué desea mi Señor?»

El ángel le dijo:

«Dios ha escuchado tus oraciones, y está contento con todo lo que haces para ayudar a los pobres. Envía ahora mismo dos hombres al puerto de Jope. Diles que busquen allí a un hombre llamado Pedro,

Read full chapter